Nacimiento del cine







El nacimiento de la fotgrafía pudo ver la luz gracias a Niépce, el cuál obtuvo las primeras imágenes fotográficas de la historia en el año 1825, aunque ninguna de ellas se ha podido conservar, eran fotografías en papel y en negativo, pero no le interesaba obtener imágenes negativas, así que abandonó esta línea de investigación. Fue en 1827 donde obtuvo imágenes directamente en positivo.

 Daguerre pasó a la historia por inventar el diorama, instalación mediante la que se proporcionaba  sensación de profundidad a las imágenes. Era un espectáculo que consistía en crear la ilusión al espectador de que se encontraba en otro lugar a través de imágenes enormes, que se podían mover y que se combinaban con un juego de luces y sonidos, etc.

La persistencia retiniana consistía en demostrar como una imagen permanece en la retina humana una décima de segundo antes de desaparecer completamente. Esto permite que veamos la realidad como una secuencia de imágenes ininterrumpida y que podamos calcular fácilmente la velocidad y dirección de un objeto que se desplaza; si no existiese, veríamos pasar la realidad como una rápida sucesión de imágenes independientes y estáticas.


El zootropo fue un juguete muy popular en la época y uno de los avances hacia la aparición del cine que se crearon en la primera mitad del siglo XIX. Fueron famosos y una inspiración para la creación de lo que hoy conocemos como cine ya que es el mismo principio, una sucesión de imágenes que cuentan una historia. Mientras que el  praxinoscopio es un aparato similar al zoótropo inventado por Émile Reynaud. Consiste en que el  espectador mira por encima del tambor, dentro del cual hay una rueda interior con unos espejos formando ángulo, que reflejan unas imágenes dibujadas sobre tiras de papel situadas alrededor. Como resultado la persona observa una secuencia nítida, una animación estable donde las imágenes se fusionan y logran el efecto animado.





  Los hermanos Lumière crearon un aparato que servía como cámara y como proyector: el cinematógrafo, que se basaba en el efecto de la persistencia retiniana de las imágenes en el ojo humano. Al comienzo, ellos mismos cargaban las piezas de la cámara filmadora en un cajón para transportarlo de un lugar a otro.

Méliès, un prolífico innovador en el uso de efectos especiales, popularizó técnicas como el stop trick y fue uno de los primeros cineastas en utilizar exposiciones múltiples, la cámara rápida, las disoluciones de imágenes y la película en colores. Fue también pionero en el uso de guiones gráficos. Gracias a su habilidad para manipular y transformar la realidad a través de la cinematografía, Méliès es recordado como un «mago del cine».
 Dos de sus películas más famosas, Viaje a la Luna (1902) y Viaje a través de lo imposible (1904), narran viajes extraños, surreales y fantásticos inspirados por Julio Verne y están consideradas entre las películas más importantes e influyentes del cine de ciencia ficción.





 Con el nacimiento del cine y el modo de representación primitivo, el lenguaje que encontrábamos a las películas era un lenguaje muy simple. Solo se rodaba un único plano general y fijo, que recuerda a la naturaleza del teatro, en el cual se desarrollaban los pocos segundos de acción. Pocas veces había movimiento del plano y en estos casos el movimiento venía dado por la superficie donde estuviera situada la cámara y era totalmente involuntario. Por lo tanto, independientemente de quién fuera el director, el lenguaje cinematográfico primitivo siempre era el mismo. 
 Con Griffith llegó, en cierto modo, lo que hoy conocemos como lenguaje cinematográfico. La cámara se desentendió de la inmovilidad que la caracterizaba en el modo de representación primitivo y se adentró en la escena. Esto provocó la aparición del movimiento interno del plano y el movimiento del propio plano que dotaron, de este modo, de lenguaje al cine.



 La película de Charles Chaplin empieza en una fábrica dónde acaba despedido por no poder seguir el ritmo que el jefe pedía. De momento se ve implicado en una manifestación de carácter comunista dónde por equivocación acaba encarcelado por ser injustamente juzgado líder de esa manifestación. Su salida de la cárcel será gracias a un motín formado allí dentro contra los carceleros. Chaplin frena ese motín y libera a los hombres, es por eso que queda liberado. Una vez en la calle por casualidad defiende a una mujer, la cuál iba a ser detenida por el robo de una barra de pan. A partir de ahí emprenden una nueva etapa en sus vidas y hacen todo lo posible por tener una casa y vivir juntos.


Esta película refleja la sociedad que había tras el crack del 29, con la pobreza que conllevó y es una crítica también al sistema capitalista. Muestra la producción en serie y la labor que Chaplin hace es una ridícula exageración del fordismo. Transforma algo trágico en algo cómico sin faltar el respeto a los trabajadores.



















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